En
primer lugar es importante saber que las residencias actuales nada tienen que
ver con los antiguos asilos que todavía tienen en mente algunas personas
mayores. Actualmente una residencia es un centro donde trabajan profesionales
cualificados que atienden de una forma multidisciplinar a las personas mayores.
Generalmente habrá un fisioterapeuta que se encargará de la rehabilitación o del
mantenimiento físico de las personas que viven en el centro, un Psicólogo para poder escuchar y atender sus necesidades
psicológicas, un animador que le propondrá talleres, manualidades, y un sinfín
de actividades lúdicas y de ocio como excursiones, visitas a museos, habrán
actuaciones de corales, se organizarán fiestas, etc. Un sinfín de actividades
para alegrar el día a las personas mayores que conviven en el centro.
En
la residencia también contará con un médico y personal de enfermería. Ellos atenderán
las necesidades de los mayores en cuanto a la salud, ya sea en relación a la prevención
o al tratamiento, realizarán un control de la dieta y de las glucemias de una
persona diabética, curas de heridas y úlceras, controles de tensión, del peso, analíticas,
revisiones médicas, un rígido control de la medicación de cada persona, etc.
En
la residencia existe un menú variado, equilibrado y adaptado a las necesidades tanto
de las personas mayores sanas, como de las que tienen algún tipo de necesidad o
dieta especial.
Por
otra parte, en cuanto al personal de atención directa, son personas con
formación a todos los niveles, puesto que están preparados para movilizar
personas con dificultades de movimiento, para ayudarles en todas las áreas que
constituyen las actividades de la vida diaria, demostrando cualidades
especiales como son la paciencia, la amabilidad y la empatía.
En
la residencia no existen barreras arquitectónicas, y además dispone de ayudas
técnicas como sillas de ruedas, andadores, grúas, camas articuladas, y un largo
etc. que facilitan el trabajo con personas mayores.
Pero,
realmente ¿es todo tan maravilloso como parece?
Realmente
lo maravilloso es vivir en nuestro hogar, que es el lugar donde hemos vivido
durante muchos años muchas experiencias. Pero en ocasiones, existe algún problema
que sesga nuestra calidad de vida: dependencia, soledad, etc. y que hace que la
vida en el propio hogar sea más un riesgo que algo maravilloso, y es entonces
cuando la residencia empieza a ser una posibilidad que hay que plantearse.
A
la hora de elegir una residencia, lo importante es tener claro qué es lo que
buscamos, qué tipo de residencia es la que queremos:
- Una residencia pequeña, familiar, con menos servicios, pero muy íntima.
- Una residencia grande, con muchos servicios y una gran gama de profesionales
- Una residencia integrada en mi barrio para poder continuar teniendo relación con mis amigos, vecinos, etc.
- Una residencia en el campo para poder estar al aire libre todos los días.
- ……
Es
importante tener referencias de la residencia. Debemos visitarla insitu, ver qué impresión nos dan las
personas que viven allí, si se encuentran bien atendidas, si se les ve activas,
felices. Si las instalaciones están limpias.
Sin
embargo, la residencia tampoco tiene porqué ser una decisión definitiva, ya que
existen varias opciones:
- Estancia temporal: para situaciones en la vida en las que ha ocurrido un accidente del que nos debemos recuperar con cuidados y rehabilitación, o periodos vacacionales en los que los familiares se van fuera y da miedo que las personas mayores se queden solos, sin una vigilancia.
- Estancia nocturna: cuando la persona mayor pasa el día en casa, tiene algún tipo de ayuda por parte de alguna persona por el día, pero que cuando llega la noche, tiene miedo a quedarse solo. Por tanto, la propia persona por la tarde va a la residencia, cena, duerme y por la mañana se levanta, desayuna y puede volver de nuevo a su casa. Esta es una situación más barata que la residencia y la persona no llega a desvincularse totalmente de su hogar y de su vida.
- Estancia definitiva: cuando la decisión si está clara y la voluntad es un cambio radical en cuanto a la vivienda habitual.
En
caso de tratarse de una situación de dependencia temporal, por ejemplo una
persona a la que le dan el alta hospitalaria tras una intervención por una
fractura, es sencillo, la residencia es una buena opción, vamos a encontrar un
buen equipo de profesionales para agilizar esta recuperación. Evidentemente la
residencia es una solución costosa, pero siendo una estancia temporal, seguro
que se podrá sobrellevar de uno u otro modo. En caso de tratarse por ejemplo de
una fractura de cadera, nuestro familiar en uno o dos meses puede estar de
vuelta en casa y todo volvería a la normalidad. Quizá sería ese el momento para
buscar una persona que le ayude en casa, puesto que con un pequeño apoyo, volvería
de nuevo a su independencia.
No
hay que olvidar que en la residencia también habrá un trabajador social, que
será la persona que nos puede informar y ayudar a gestionar ayudas públicas,
minusvalías, etc.
Pero, ¿Qué inconvenientes tiene una
residencia?
Evidentemente
el gran inconveniente es que para entrar en una residencia, hay que salir de
nuestra casa. Y es inevitable que surja la añoranza, que echemos de menos nuestras
cosas, nuestra cama, nuestra televisión, nuestras comidas, nuestra libertad de
horarios, etc.
Otro
inconveniente es el coste elevado de las residencias. Existen residencias
públicas que se pagarán con un porcentaje de la pensión de nuestro familiar, y
residencias privadas, en las cuales existen dos modalidades, en la primera
estaría el copago, en la que una parte la paga el usuario y otra la administración,
y en segundo lugar el usuario pagaría el total de la plaza, pero podría optar a
una ayuda denominada “prestación económica vinculada al servicio”.
Otro
inconveniente es que conviven personas mayores dentro de un rango de edad de
más de 30 años, ya que nos vamos a encontrar personas de 65 años pero también
algunas personas de más de 100. Así mismo conviven personas sanas con personas
enfermas, personas con buen nivel cognitivo y personas demenciadas.
Otro
inconveniente sería la falta de libertad en cuanto a las costumbres que yo
tenía en mi casa, sin embargo, esto es algo que se podría plantear en el centro
antes de ingresar.
Y
si he tomado la decisión de ingresar a un familiar en una residencia, es un
centro que me gusta ….. ¿por qué me siento tan mal?
De
esto hablaré más adelante en otro artículo
Hola Susana, quiero poner mi granito de arena, en tu blog, visto desde mi experiencia de cuidadora, cuando yo empeze a conocer este mundo de la geriatria, pense que no podia, que ver personas, a las que habia que hacerles todo, a las que se les hablaba diciendoles cualquier cosilla por insignificante que fuera, y me contestaran cosas que no venian a cuento, no lo entendia, yo habia tenido la suerte de vivir con mi abuela materna durante 22 años, y eso no lo conocia, la verdad es que tenia su cabeza muy bien amueblada.Cuando fui tomando parte de dicho mundo, uf, es duro, el saber empatizar con estas personas que tienen problemas cognitivos graves tener una sonrisa para ellas aunque les estes dando y haciendo todo lo que les conviene,y te den una patada, una palabra malsonante...etc cuesta mucho pero ahi estamos las cuidadoras, para dales la maxima calidad de vida que se merecen, porque antes ellas lo hicieron por sus familia, tambien he de decir, que SIEMPRE dentro de su poco nivel de consciencia por la enfermedad, nos dan mucho cariño, a su manera, y eso engancha mucho te lo aseguro Susana. un saludo muy fuerte
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras, Nieves. Para poder transmitir lo que deseo mediante este blog, vuestra opinión y vuestra visión como cuidadores de personas mayores dependientes, es muy importante para mí, por lo que te animo a que sigas opinando sobre los artículos de este blog, porque seguro que lo agradecerán muchos lectores.
EliminarEn tus palabras mencionas algo muy importante, hablas de “empatía”, término clave en el tema que estamos tratando. La empatía es una cualidad imprescindible en cualquier profesional que nos dediquemos al colectivo de personas mayores, la empatía es la que nos lleva a hacer un trabajo humano y de calidad. Para vosotros los cuidadores, este es un trabajo generalmente escasamente reconocido por la sociedad. Si una persona nos dice que trabaja con niños, todos respondemos con una sonrisa… es tan fácil trabajar con niños…. En cambio, si otra persona en las mismas circunstancias nos comenta que trabaja con personas mayores, la respuesta no suele ir acompañada de una sonrisa…. No parece tan bonito el trabajo con personas mayores.
Sin embargo, yo que conozco este mundo, se de primera mano que es maravilloso el trabajo que realizáis, la paciencia, el cariño, la profesionalidad y la ternura que derrocháis. Que poseéis unas cualidades que ni se enseñan ni se aprenden, sino que son innatas en solo unas pocas personas. Y que gracias a vosotros, muchas personas mayores, sanas o enfermas, vuelven a sonreír.
El ingresar a uno de tus mayores en una residencia, es duro , muy duro , tanto para ese ser querido, como para aquel que toma la difícil decisión. Hay que luchar contra tus propios sentimientos. Hay que ser fuerte ante los ojos que te miran implorantes, y hay que hacer oidos sordos ante aquellos que te dicen "yo jamas lo abandonaria en una residencia" (esto no es solo duro, es una puñalada trapera). Desde mi experiencia como familiar, aprendi dos cosas fundamentales: A CONFIAR Y DESCONECTAR. Hay que confiar en el centro y sus cuidadores eso es importantisimo. Una vez se consigue esa confianza, hay que desconectar: cuando se sale por la puerta del centro, tras la visita, hay que vivir tu propia vida, y si ocurre algo, ya te llamaran. Los cuidadores JAMAS, van a suplir el amor que se les tiene como hijos, pero SI les van a dar UN CARIÑO que perciben estas personas que de repente vuelven a una infancia ya dejada hace decadas. Como dicen en la película "Y tu quien eres" (Antonio Mercero) "la afectividad, es el unico lazo que les une a la vida". Jamas me arrepenti de mi decision, y fue uno de los momentos mas duros que he vivido hasta ahora, incluso mucho mas duro que el dia que fallecio. Creo, rectifico, estoy convencida, que los profesionales de la geriatria, estan hechos de una pasta especial. Enhorabuena, Susana, por tu blog y por la labor que desempeñais todo tu equipo diariamente.
ResponderEliminarSi has leído este artículo, verás que al final de él comento que más adelante me gustaría escribir sobre los familiares, sobre los sentimientos que se despiertan en ellos cuando toman la decisión de dejar a su familiar en una residencia. Pues te aseguro Pilar, que podría haber escrito páginas y páginas, pero nunca habría conseguido transmitir lo que tú has logrado en estas cuatro líneas.
EliminarVeo que tú en el pasado tomaste una decisión que llevaste hasta el final y de la que nunca te arrepentiste. Demuestras que eres una persona fuerte, que sabe tomar decisiones y se enfrenta con decisión a las vicisitudes que se encuentra por el camino. Además has sabido reconocer la labor de las personas que han cuidado a tu madre. Creo que muchas personas que lean tus palabras, se verán reflejadas en ti, sin embargo, no todo el mundo habrá conseguido tener tu fuerza y tu convicción.
Pilar, me gustaría con tu permiso, tomarme la libertad de copiar tu texto como encabezamiento del post que pretendo escribir sobre los sentimientos de los familiares. Y por último, solo me queda agradecer enormemente tus palabras, puesto que se que salen directamente del corazón.
Permiso concedido Susana. Un beso.
EliminarA mi me gustaría sumarme a esta bonita inciativa contando como es mi experiencia como cuidadora.
ResponderEliminarAl trabajar con personas mayores, este trabajo tiene momentos muy duros y tristes, pero si hacemos la suma entre malos y buenos momentos, solo puedo dar las gracias.
En primer lugar dar las gracias al destino, que me brindó la oportunidad de trabajar con personas mayores.
En segundo lugar darle las gracias a ellos, porque para mi somos como un gran familia, con sus más y sus menos, pero al revés que en una familia convencional donde los padres cuidan a los hijos y les enseñan, son ellos los que me enseñan a mi cada día cosas nuevas, porque cuentan con la mayor experiencia que se puede tener, la sabiduría de una vida.
Por todo ello, solo puedo decir que este es un trabajo que te enriquece como persona y de donde obtengo mucho cariño.
Susana, por último felicitarte por el blog. Besitos.
Muchas gracias Elvira, tanto por el comentario tan bonito que haces acerca de tu trabajo como por tus felicitaciones.
EliminarHola Susana,
ResponderEliminarEstoy haciendo un trabajo de bachillerato sobre cómo afecta a los ancianos el ingreso en un geriátrico. Encuentro tu blog muy apropiado y sentimental, ¿tengo alguna manera de contactar contigo?
Besos
Depende mucho de la residencia que elijas, pero hay muchas que si que son buenas residencias, en mi caso, yo elegí la residencia de Conde Orgaz y es perfecta para cuidar de los mayores.
ResponderEliminarUn saludo